miércoles, 14 de noviembre de 2007

INTRODUCCIÓN


Vivimos en una cultura de la droga, desde la mañana cuando tomamos cafeína o tefilina, al desayuno, hasta la noche, en que podemos relajarnos al volver a la casa, con un aperitivo alcohólico, o un inductor del sueño con un somnífero, recetado por el medico, estamos utilizando diferentes sustancias, que afectan sobre el Sistema Nervioso Central, para enfrentar estas peripecias de la cotidianeidad. Muchos además nos activamos a medida que trascurre el día, aspirando nicotina.
Aun cuando las drogas han estado presentes en todas las culturas y en todas las épocas, hoy son más las personas que consumen drogas, hay más cantidad y hay mas facilidades para conseguirlas.
Cuando se realiza una encuesta y se pregunta por los mayores problemas de la sociedad actual siempre sale nombrado dentro de los 5 primeros lugares el "problema de drogas". Y cuando se consulta a la gente el porque de este problema siempre se nombra como un problemas de pobres y marginales. Y hace mucho tiempo que dejo de ser un problema callejero y de marginales, y esto ocurrió cuando las drogas fueron el mejor negocio para algunos y la peor desgracia para otros.
El consumo de sustancias es cada vez más permisivo, esto hace creer a las personas "que no sucede nada si se consume".
La drogadicción y todo lo asociado a hechas es una gran perdida de plata para quienes están en contra, sobre todo para los estados quienes deben combatirlas desde muchos puntos a la vez.
Extensamente difundida en los últimos años, la drogadicción es una enfermedad estimulada por grandes intereses económicos, a menudo con la complicidad de altos funcionarios gubernamentales que entran en el reparto de los beneficios.
La víctimas son sobre todo los jóvenes que, rebelados contra una sociedad injusta que rechazan, sin estímulos laborales, culturales ni sociales que den razón a sus vidas, optan por refugiarse en la droga porque les placentera evasión.
La droga está asociada con el vacío interior, el hastió, aburrimiento, disconformidad, inadaptación, soledad, carencia afectiva, el miedo a vivir. Pero estos factores no son mero producto de una predisposición individual, sino la consecuencia de la crisis que toda la sociedad sobrelleva cuando se desliza sobre un desequilibrio estructural. Para ocuparse de la droga, pues, habría que analizar las condiciones de la familia, la escuela, el trabajo, la cultura, el tiempo libre, las relaciones sociales, etc.
Estadísticas recientes muestran que en la Argentina hay 20.000 drogadictos totales y cerca de 250.000 consumidores esporádicos. El 83 % de los pacientes tratados tienen entre 15 y 26 años de edad ( el 30 % de ellos tienen entre 15 y 18). El 80 % se droga con estupefacientes y psicotrópicos que se venden bajo receta en las farmacias y el 20 % restante es clientela del negocio ilegal, especialmente de marihuana (90 % de los casos). La mitad de los pacientes tratados no estudia ni trabajo, una tercera parte son hijos de padres separados.
No hay duda de que los factores predisponentes y condicionantes de la drogadicción deben buscarse en el marco social general, así como en la familia, la infancia, la relación con los padres, las amistades, el tipo de crianza y educación, las posibilidades laborales, pero el factor desencadenaste puede ser una crisis vital, una perdida familiar, la imposibilidad de conseguir empleo, la ausencia de proyectos. La crisis de identidad que caracteriza a la adolescencia pude ser el detonante que empuja hacia la droga.
Es cierto que todo puede empezar por simple curiosidad y deseo de experimentar, por presión de amigos mal encaminado, y hasta como un acto de osadía, de desafío al riesgo ya a lo prohibido. Pero detrás de una actitud circunstancial habrá que buscar las causas profundas que llevan a drogarse.

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